La oscuridad se cierne sobre las calles empedradas del barrio antiguo de Madrid. La lluvia repiquetea en los cristales de las farolas, cuya luz apenas se distingue entre la niebla. Una sombra vaga lentamente entre las brumas, dejando a su paso silencio.
Sólo silencio.
Dos formas juguetean en la soledad de la noche. Se miran, se tocan, se acercan y se alejan, dejándose llevar por la felicidad. Una sombra se acerca a ellos, dejando a su paso silencio.
Sólo silencio.
La sombra echa de menos su vida, su hogar. Pero hay algo que debe hacer. Piensa en el dolor de su pérdida, en lo ilógico de su destino, mientras baja por la empinada y solitaria calle Mayor. Siente que hay un lugar que debe visitar. Y su tristeza se muestra, dejando a su paso silencio.
Sólo silencio.
Nota la lluvia a su alrededor, pero no siente nada. No está destinado a sentir. Debe actuar. Observa a un hombre, feliz y cansado, regresar a casa, y saca su guadaña, dejando a su paso silencio.
Sólo silencio.
Me gusta tantísimo...
ResponderEliminarMe e.n.c.a.n.t.a. *-*
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